En La Española ya hemos desmitificado la creencia que muchas personas tienen sobre cocinar con aceite de oliva extra virgen. La verdad es que es completamente posible. Integrar el aceite de oliva extra virgen a tu dieta diaria no solo aportará beneficios para la salud del corazón, sino que ayudará a disminuir los riesgos de padecer cáncer entre otros beneficios. Además, no sólo puedes cocinar con aceite de oliva extra virgen, nuestra versión de aceite de oliva extra virgen aroma trufa blanca también lo permite.
Ahora el tema controversial es: ¿cuál es la mejor temperatura de cocción?
Punto de humo
El punto de humo se refiere a la temperatura máxima que puede alcanzar un aceite sin descomponerse y sin generar radicales libres o gases tóxicos. Si un aceite es calentado sobre su punto máximo, alcanza la temperatura de inflamabilidad y comenzará a quemarse y a humear, de ahí su nombre.
Esto quiere decir que mientras más alto sea el punto de humo, tendremos mayores opciones para cocinar de manera segura.
Si bien el punto de humo del aceite de oliva extra virgen es más bajo que el de otros aceites de cocina, es lo suficientemente alto para todo tipo de preparaciones caseras, incluso al cocinar a fuego alto. Además, un estudio de 2018 publicado en Acta Scientific Nutritional Health muestra que el aceite de oliva extra virgen es más estable químicamente que otros aceites de cocina comunes, incluso los aceites con un alto punto de humo.
¿Calentar el aceite de oliva reducirá los beneficios para la salud?
Freír con aceite de oliva no aumentará el valor calórico de los alimentos, es decir, es falso que se van a reducir los aspectos positivos que aportan al organismo. Al cocinar con aceite de oliva los alimentos se van a impregnar únicamente en la capa externa de los mismos, quedando el interior libre de grasa.
No es perjudicial para la salud cardiovascular; todo lo contrario, tiene un efecto cardioprotector, ya que estamos enriqueciendo el alimento en grasas monoinsaturadas que aumentan el colesterol bueno (HDL colesterol) y disminuyen el colesterol malo (LDL colesterol). Además, los posibles compuestos tóxicos que se producen en otras grasas al calentarlas son bastantes improbables en aceite de oliva, dada su buena resistencia al calor.
Dado que la dieta mediterránea está ampliamente reconocida como una de las más saludables, y que el aceite de oliva es el principal aceite de cocina, los resultados confirman lo que ya sabemos: cocinar con aceite de oliva es mejor que no cocinar con este.
Los antioxidantes en el aceite de oliva son "razonablemente resistentes al calor" y que "un número significativo de fenoles totales y fenoles individuales permanecieron intactos incluso después de calentarlos hasta 220 ° C”.
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¿Y las grasas trans?
Otro mito muy común es que freír con aceite de oliva crea grasas trans; una grasa alimentaria perjudicial para el organismo. Consumirla periódicamente o demasiada incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otros padecimientos de salud. Afortunadamente, la ciencia ha demostrado que esta percepción es incorrecta. Según un estudio publicado en 1999 en la Revista Internacional de Grasas y Aceites, donde los investigadores frieron verduras en aceite de oliva 8 veces, se formaron menos del 0,002% de ácidos grasos trans en el experimento. Incluso a altas temperaturas, cocinar con aceite de oliva no genera grasas trans.
De hecho, el aceite de oliva es la grasa líquida para cocinar más estable y, naturalmente, tiene una alta resistencia a descomponerse con el calor.
Entonces, ya sea que estés asando a la parrilla, salteando, horneando o friendo, puedes sentirte seguro de usar aceite de oliva extra virgen. No importa la temperatura, el aceite de oliva puede soportar el calor.
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