Si has decidido incluir el aceite de oliva en tu dieta y tienes hijos puede que te hagas las siguientes preguntas: ¿pueden los niños consumir aceite de oliva? ¿Tiene algún efecto secundario para ellos? ¿Les gustará su sabor? ¡No te angusties, al contrario! Incluir aceite de oliva en la dieta de los niños les traerá beneficios a corto y largo plazo. Además les estarás inculcando desde chicos, hábitos saludables de alimentación.
Aceite de oliva: apto para todos los públicos
El aceite de oliva contiene vitamina E y ácido oleico. Ambos componentes contribuyen al crecimiento y a la formación ósea por lo que iniciar a tus hijos en su consumo a una edad temprana es un acierto seguro. Además, la grasa saludable presente en el aceite de oliva aportará a los peques de la casa la energía que necesitan.
Pero los beneficios del oro líquido en los niños no acaban ahí: el aceite de oliva también tiene un alto contenido en vitaminas A, D y K que ayudan al desarrollo físico e intelectual.
Además, los polifenoles presentes en el aceite de oliva son un antioxidante natural cuya función principal es la de proteger la salud del cerebro, por lo que se recomienda incluso ingerirlo desde la gestación para lograr un buen desarrollo fetal.
Durante la lactancia, las madres deben tener altos niveles de vitamina E y garantizar que el bebé también la consuma, que más que agregando aceite de oliva a su dieta para conseguirlo sin mucho esfuerzo.
¿Cómo darles aceite de oliva sin fallar en el primer intento?
En España, país de origen de nuestro aceite de oliva, los niños comienzan la ingesta desde muy temprana edad. Seguramente fue uno de los primeros alimentos y sabores que experimentaron y a pesar de ser un hábito saludable, muchas veces los padres se preocupan por cómo van a introducir al pequeño el jugo del olivo, siendo este de sabor fuerte.
Hay un punto importante que no queremos dejar escapar. Muchos bebés cuando comienzan a consumir sus primeros alimentos sólidos tienden a sufrir estreñimiento, para estos casos, el aceite de oliva es excelente para mejorar el tránsito intestinal de nuestros pequeños y así lograr más horas de descanso y sueño.
Durante la hora de la comida, al preparar sopas, tortitas de huevo, incluso con una rebanada de pan (aunque recuerda no abusar en el consumo de harinas), un chorrito de aceite de oliva hará su función perfectamente. ¡No le ofrezcas la cucharada sola de aceite! Esto puede ser un poco traumático porque al final de la prueba a veces tiende a ser “picoso” en la garganta y esto puede hacer que la introducción al consumo de aceite se acabe en ese instante.
Si tu hijo o hija, ya consume alimentos enteros como rodajas o trozos de jitomate o aguacate, intenta poner un chorrito de aceite sobre estos y observa la reacción. Si pasa desapercibido, no dejes de realizar la práctica. Checa también esta receta de HAMBURGUESAS DE ZANAHORIA Y AVENA, donde puedes usar el aceite de oliva sin que ellos perciban su sabor directamente.
Con esta información queremos que no tengas miedo de ofrecer a tus pequeños el aceite de oliva, sin olvidar ni dejar de lado los consejos y las recomendaciones que puedas recibir de tu pediatra de cabecera.
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