- Te levantas, inicias tu día con un baño de agua caliente, pero ¿cómo es tu calentador? ¿A gas? ¿Eléctrico? ¿Qué te parece cambiarlo por un calentador solar? Si es casi imposible por las condiciones climáticas de tu región o por la estación del año, si este es eléctrico desconéctalo mientras no lo uses y si es a gas, apágalo o ponlo en modo piloto.
- También sé un consumidor responsable de agua. No desperdicies este recurso que cada vez es más escaso y al cuidar el consumo, al mismo tiempo estarás ahorrando energía porque hacerla llegar a tu casa, tratarla y desecharla implica un gasto energético.
- Procura que tus productos de aseo personal, shampoo, jabón, maquillaje sean elaborados con ingredientes naturales y no con aquellos derivados del petróleo.
- Prefiere la ropa hecha de algodón orgánico y no de materiales derivados del petróleo.
- Al desayunar en tu cocina, detente y observa ¿en qué están envasados tus productos? El plástico es justo el material del que debemos prescindir. Además de aquellos productos desechables. Elige aquellos que tengan envases que puedas reciclar o reutilizar.
- Compra frutas y verduras orgánicas (los fertilizantes y pesticidas suelen ser derivados del petróleo) y si eliges productos elaborados localmente ayudas a reducir el consumo de combustible empleado para su transporte (aunque en una gran ciudad como la Ciudad de México esto puede ser casi imposible). Digamos no a los transgénicos. Ni en nuestro campo ni en nuestra mesa. Opta por productos frescos y naturales.
- Tu refrigerador usa más energía que cualquier otro aparato en tu hogar pero éstos son los pasos para mantener su consumo de energía al mínimo.
- Mantenerlo en entre 3 y 5°C, el congelador en entre -17 y -15°C.
- Abre la puerta lo menos posible y por un corto periodo para conservar la energía.
- No lo ubiques cerca de una fuente de calor.
- Limpia los carretes del condensador que se encuentran detrás o debajo del refrigerador por lo menos una vez al año.
8. Y siguiendo en la cocina. Usa ollas de presión, pues gasta poca energía. Utiliza sartenes y ollas con fondo plano y con un diámetro superior al de la superficie de la parrilla, así la cocción será más rápida y ahorrarás energía o gas.
9. No precalientes el horno. Es innecesario. Además, apágalo 15 minutos antes, el calor que queda en él terminará la cocción de tu comida.
10. Separa tus residuos al menos en orgánicos e inorgánicos y si es posible en reciclables (papel, aluminio, vidrio, cartón, tetrapack, etc). La basura que no recibe un manejo adecuado es fuente de contaminación de suelos, agua y aire ¡clasifícala! y convierte tu basura orgánica en composta.
11. ¡Ahorra energía! Lo más que puedas, producir y distribuir la energía genera gran cantidad de gases de efecto invernadero. Aprovecha la energía solar, no solo como luz natural, también como fuente para recargar tus aparatos. Hay cargadores solares para muchas cosas como celulares, relojes etc.
12. No desperdicies energía. Apaga las luces que no utilices y desconecta los aparatos eléctricos. Cambia definitivamente los focos por ahorradores.
13. Cuando vayas a hacer las compras al supermercado, lleva contigo una bolsa de tela para que no utilices bolsas plásticas.
14. Limpia y lava tu ropa con jabón biodegradable que además no es tóxico. Asegúrate de que sea sin esencias, colores sintéticos u otros aditivos y en lugar de disolventes tóxicos utiliza vinagre (5% ácido acético). Es un desinfectante suave, corta la grasa, limpia el vidrio, desodoriza y remueve los depósitos de calcio, manchas y acumulación de cera.
15. No dejes de lado el bicarbonato de sodio. Trabaja como abrasivo en recetas alternativas, desodoriza, remueve manchas, pule y suaviza telas.
Son diversos pasos muy sencillos que nos ayudarán a economizar y a contribuir a la protección de nuestro planeta que tanto le hace falta. Todos podemos hacer algo para cuidar a la madre tierra. ¡Haz tu parte!